JORGE AGUILAR GONZALEZ
Matador de toros. Nació en la Hacienda de Piedras Negras, Tetla, Tlaxcala, el 29 de abril de 1927. Debutó como novillero en marzo de 1945 en Tehuacán, Puebla. Se presentó en la Plaza de toros México, el 1 de junio de 1947, con el novillo "Rabanero" de la ganadería de La Laguna. Alternó con Nacho Pérez y José Rodríguez "Joselillo".
Alternativa
Fecha: 13 de Marzo de 1949
Lugar: Tlaxcala, Tlaxcala
Padrino: Diamantino Vizeu
Testigo: Mano a Mano
Ganadería: La Laguna
Toro: "Cócoro"
Renunció a la alternativa.
Alternativa (2)
Fecha: 28 de Enero de 1951
Lugar: México
Plaza de toros México
Padrino: Manolo Dos Santos
Testigo: Jesús Córdoba
Ganadería: La Laguna
Toro: "Cartonero"
Debutó en España toreando en Barcelona, el 4 de mayo de 1952. Alternó con Rafael Llorente y Antonio Caro con toros de Natera.
Confirmación
Fecha: 13 de Julio de 1952
Lugar: Madrid
Padrino: Manolo Navarro
Testigo: Luis Briones y Jaime Malaver
Ganadería: Manuel García Aleas
Toro: "Caramelo"
Debutó en Francia toreando en Vichy el 16 de agosto de 1952. Alternó con Carlos Vera "Cañitas" y Pepe Dominguín con toros de Pouly.
Debutó en Guatemala el 25 de octubre de 1955. Toreó mano a mano con Rafael Rodríguez toros de Xajay.
Debutó en Quito, Ecuador, 7 de febrero de 1960. Alternó con Juan Antonio Romero y Manolo Cadena Torres con toros de Gangotena.
Debutó en Caracas, Venezuela, el 22 de noviembre de 1963. Alternó con Juan Montero y Manuel Jiménez "Chicuelo II" con toros de Guayabita.
Se retiró del toreo en la Plaza de toros México, el 11 de febrero de 1968. Alternó con Joselito Huerta y Jesús Solórzano con toros de Mimiahuapam.
Falleció durante una tienta en la ganadería de Coaxamalucan, el 27 de enero de 1981.
Efemérides.
El 19 de noviembre de 1950, en la Plaza de toros México, cortó cuatro orejas y dos rabos a novillos de La Laguna.
Inauguró, junto con Juan Silveti y Curro Ortega con toros de Pastejé, la Plaza de toros "Caletilla" de Acapulco, Guerrero, el 21 de mayo de 1955.
Ganó la "Oreja de Oro" en Tijuana, Baja California, el 11 de septiembre de 1960. La disputó con Ricardo Balderas, Jesús Córdoba, Guillermo Carvajal, Antonio del Olivar y José Ramón Tirado.
El 19 de marzo de 1961 ganó "La Oreja de Oro" en la Plaza de toros México. La disputó con Manolo Dos Santos, Juanito Silveti, José Zúñiga "Joselillo de Colombia", Alfredo Leal y Jaime Rangel con toros de Santo Domingo.
Obtuvo la "Oreja de Oro" en Mérida, Yucatán, el 13 de mayo de 1962. La disputó con Manolo dos Santos y Benjamín López Esqueda con toros de Palomeque.
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EL RANCHERO AGUILAR.
Por: Juan Antonio de Labra.
Publicado en la revista 6Toros6.
No. 687, del 28 de agosto de 2007.
Jorge Aguilar “El Ranchero” (29 de abril de 1927) es uno más de los eslabones que forman la cadena de la expresión mexicana, en una época que estuvo marcada por una rica diversidad de estilos. En este sentido, Aguilar fue continuador de la escuela “silverista”. Su gallarda figura, identificada con el sentir del pueblo, aportó a la tauromaquia de aquellos años un aire de reciedumbre.
El Ranchero vio la primera luz en la asolerada casona de Piedras Negras, en el corazón de la emblemática ganadería tlaxcalteca. Cuando era niño vio pasar por ahí a lo más granado de la torería nacional y, desde entonces, soñó con ser torero. Además, su cercanía con los hermanos Marco y Raúl González, propietarios de aquellos maravillosos potreros, favoreció su formación taurina. Desde chamaco aprendió a andar entre los toros y conoció el oficio en las faenas camperas.
Alto, ancho de espaldas y desgarbado, El Ranchero se transformaba con la muleta en la zurda. Desde su debut en la Plaza México, el 1 de junio de 1947, cuando le cortó dos orejas al novillo “Mordelón” de La Laguna, dejó en claro que lo suyo era el valor sin adjetivos, el temple suntuoso y empaque dotado de mucha fuerza. Su primera alternativa la tomó en la plaza que, andando el tiempo, iba a llevar su nombre. Fue el 13 de marzo de 1949, en mano a mano con el portugués Diamantino Vizeu y toros de La Laguna, divisa hermana de Piedras Negras.
Más adelante, después de regresar a las filas novilleriles, en las que, entre otros, inmortalizó a los novillos “Pistachero”, “Raspinguero” y “Tragabalas”, Aguilar se doctoró con más categoría en la Plaza México, de manos de Manolo Dos Santos y ante el testimonio de Jesús Córdoba. La ceremonia tuvo lugar el 28 de enero de 1951, con toros, evidentemente, de La Laguna. Por razones obvias, su nombre estaba íntimamente ligado por completo a las dos ganaderías tlaxcaltecas.
En 1952 se presentó en Barcelona, como lo hacía la gran mayoría de los toreros mexicanos de aquella época. Dos meses después, el 13 de julio, confirmó su doctorado en Madrid con un corridón de Aleas, festejo en el que compartió cartel con Luis Briones, su compatriota, y los españoles Manolo Navarro y Jaime Malaver. Cortó la oreja del segundo toro de su lote y en ese año suma ocho corridas. De regreso en México se consagra en el coso de Insurgentes al tumbarle el rabo al toro “Montero”, de San Mateo, el 9 de noviembre, al que le hizo una de las faenas más importantes de la historia de la plaza.
En 1953 se presentó en Sevilla sin triunfar y actuó tres tardes en la feria de San Isidro, todo un récord para un mexicano si además consideramos que en dicha edición solamente se celebraron ocho corridas. Ese año sumó un total de 38 corridas en distintas plazas, cifra que pudo incrementarse de no haber resultado herido de consideración en Granada y La Coruña.
Otra de sus faenas cumbres en México fue la que realizó el 5 de febrero de 1956, cuando le cortó las orejas y el rabo a un toro de regalo, de nombre “Viajero”, de La Laguna. Su número de contratos fue decreciendo en los años sesenta, y el 11 de febrero de 1969 se retiró de los ruedos. Su última actuación tuvo lugar en la México, después de dar muerte al toro “Forzador”, de Mimiahuápam, del que obtuvo dos orejas.
El Ranchero vivió su retiro con la misma ilusión de siempre, rodeado de su gente y gozando del campo bravo. Así encontró una muerte muy torera, en la vieja plaza de tientas de Coaxamalucan, el 27 de enero de 1981, cuando toreaba una becerra y su corazón se detuvo, serenamente, con el mismo temple con que este hombre bueno supo imprimir a su toreo.
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