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lunes, 12 de febrero de 2018

AGUSTIN SANCHEZ

El pasado día jueves (8 de febrero de 2018) por la tarde falleció en la capital yucateca a los 75 años de edad el novillero poblano Agustín Sánchez Altamirano.
Agustín Sánchez, nació el 28 de agosto de 1942 en Tehuacán, Puebla, llegó a Yucatán muy joven para echar raíces y torear en las principales ferias de la península, se distinguió por su elegancia al torear y también por su valentía, alternó con muchos toreros de la época como Manolo Soto, Salvador de la Cruz, y Adolfo Ceballos, por mencionar algunos.
Radicado en la blanca Mérida, desde hace más de 40 años, siempre se le podía saludar en la Plaza Mérida, para hablar de toros que siempre fue su pasión, aunque por su salud ya no frecuentaba el coso meridano.     Fue muy respetado por la afición taurina yucateca, y siempre brindó sus conocimientos a los jóvenes que querían ser toreros. Le sobreviven su viuda María Mildret Sauri Sansores, y sus hijos Jaile, Halil, y Sharely Sánchez Sauri. Descanse en paz.  

Texto y foto cortesía del Lic. Luis Mauricio Perera Villanueva (Península Taurina).

AGUSTÍN SÁNCHEZ
Por Jaime Silva Gutiérrez

En Tehuacán, Puebla, nace el 28 de agosto de 1942 Agustín Sánchez Altamirano que a muy corta edad se inicia en las lides taurinas en los pueblos de la región, siguiendo los pasos de su hermano Fidel que con otros aficionados de la ciudad de las granadas buscan “echar la capa”, para más tarde buscar las oportunidades con ganado de casta, tanto en su lugar de origen como con las cuadrillas de Orizaba y Puebla.
Más tarde se dirige a Tlaxcala a la ciudad de Apizaco, en donde al lado de don Othón Ortega, transportista de ganado bravo y empresario, (años después padre de los Matadores Alberto y Rafael) que lo coloca frecuentemente, afina su toreo. Enterado que en Yucatán hay abundantes ferias taurinas, se va a la península para ingresar al Sindicato de toreros Yucatecos a finales de 1965.

Debuta al poco tiempo en Tizimin el 1° de enero de 1966 al lado de los capitalinos Benjamín Campos, Lalo Ochoa y Jorge Oliva, con tan gran éxito. Otra tarde salió en hombros del público por la estupenda lidia que dio al toro de Sinkehuel que le correspondió, lo que hacía ya 40 años que no salía en hombros un torero en ese lugar. Cabe decir que Agustín ya estaba acostumbrado a ese tipo de paseos, los que había logrado en Puebla en sus actuaciones en la Plaza del Charro en varias temporadas.

Esa tarde lo vió Salvador de la Cruz, que notando su capacidad torera, lo llevó a todas las ferias que aquel contrataba. Después se fue un año a la ganadería guanajuatense “La Concepción”,donde toreó mucho, pero regresó a Yucatán donde toreaba de 30 a 35 ferias al año en que se lidiaban por entonces un promedio de 20 toros, cada día. Para entonces, Agustín, ya era el ídolo en aquellos lugares.

Las principales ferias que toreaba eran en Tizimin, Valladolid, Italacho, Izamal, Cancún, Hunucma, Chumayel, Teabo, Tekit, ChicenItza, Chunchucmil y otras que sería largo enumerar.

Lo apoderaba el malogrado torero yucateco Raúl Basso, que ya lo tenía apalabrado para debutar en la plaza “México” de la capital del país, lo que no se hizo por la trágica muerte del banderillero.
En la plaza de Valladolid, Víctor Pastor le concedió la alternativa de Matador de Toros. Durante su carrera recibió cinco cornadas: en el brazo, estómago, dos en pantorrillas, dos puntazos en el rostro, cuatro costillas fracturadas, dos costillas sumidas. Ocupó puestos directivos en el Sindicato de Toreros Yucatecos y a su retiro se dedicó a la fabricación de ternos de luces, capotes y muletas.

Durante los años que vivió en Puebla, fueron sus compañeros de actuaciones novilleros destacados como Ángel García “El Chaval” padre, Rogelio de Pascual, Fabián López, Isaac González “Gitanillo de Puebla”, Luis Vargas y muchos más. En la península yucateca toreó al lado de muchos de los toreros, matadores y novilleros, de la capital y otros estados, destacados en el medio.

Entre otros como Palomo Linares, Víctor Pastor, Leonardo Manzano, Ricardo Balderas -recientemente fallecido- y muchos más, así como todos los yucatecos y los capitalinos residentes en Mérida: Manolo Soto, Salvador de la Cruz, Alejandro Montoya, Álvaro Cámara, Salvador Andrade “Pebo”, Víctor Díaz, Pepe Moreno, Alfonso Algaez, Reinaldo Kan, Alfonso Gamboa, Armando Domínguez, Eugenio Lima “El Tachuela”

Otro de sus frecuentes alternantes fue Marcelo Cortés, que perdió un ojo por cornada y recibió otra en la femoral y que aún así continuó en la profesión; también Felipe Chiu, torero chino, que a pesar de su avanzada edad continuaba toreando allá por la década de los setenta del siglo pasado.

Su mejor tarde entre otras muy buenas que tuvo, para él fue en la feria de 1981 en Hunucma, Yuc., en que le tocó un toro muy bueno de la ganadería “La Palma”, de Fernando Palma y que antes fue “Orizaba” de la familia Palomeque, de Campeche, trasladada a Yucatán. A ese toro muy bonito y bravo, difícil por la bravura de tal manera que querían indultarlo, le hizo faena en los tres tercios, lo mató de estocada y le concedieron las orejas y lo sacaron en hombros.

Las orejas las conservan en un grupo taurino de Mérida. Otra faena que recordaba gratamente, fue la que le cuajó a un toro que lo toreó muy a gusto y consideraba que bien, hijo del toro “Gobernador” de la ganadería de don Jesús Cabrera, en una tienta de machos en Sinkehuel, a ese semental fue muy bravoy acudió varias veces al caballo y de muy buen estilo.

También aquella tarde en Tizimin cuando alternando con Ricardo Balderas toreó con éxito a un toro muy grande, siendo tal el entusiasmo que, como se dice “la plaza se venía abajo”, lo que afortunadamente no sucedió pues el coso, era de tres pisos; pero lo sacaron en hombros. Dicen que nadie es profeta en su tierra, y Agustín Sánchez Altamirano no lo fue en su madurez torera, pero sí dejó muy gratos recuerdos cuando ya apuntaba lo que podía llegar a ser durante sus actuaciones en Puebla.





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