Banderillero de toros.
Nació en Guadalajara, Jalisco.
Hacia 1918/1920 actuaba en las plazas de toros de su estado natal.
El 18 de mayo de 1924 actuó como matador en una novillada llevada a cabo en la plaza de toros El Progreso. Alternó con Pablo Canales y David Anguiano “Chiculeto” con novillos de la ganadería de Astillero.
Falleció en Guadalajara, Jalisco, el 13 de marzo de 1966.
LA PEQUEÑA HISTORIA DE LOS SUBALTERNOS.
Publicada en el semanario El Ruedo, el 20 de diciembre de 1948.
Yo había visto a "Rolleri", cuando fue a España el año cuarenta y cinco. Pertenecía a la cuadrilla del buen matador de toros Fermín Rivera, y me quedó un buen recuerdo de él. Tenía ganas de verle actuar de nuevo, de volver a verlo con el capote y las banderillas.
Y aquí nos tienes, lector amigo, a Rolleri y a mí mano a mano, frente a frente, empeñados en un diálogo del que quiero sacar a la pública luz, toda su vida taurina, ya que es interesante y necesario que, los aficionados actuales sepan quiénes son los subalternos que ve en las plazas de toros.
-¿Cuándo y dónde empezó su afición?
-A los trece años, en mi tierra natal, Guadalajara. Tenía una gran afición y varias veces me tiré al ruedo, como espontáneo.
-¿Y empezó a torear?...
-A los diecisiete años. Recorrí casi todos los pueblos del Estado de Jalisco, toreando en las capeas, donde unas veces lo hacía como banderillero y otras como matador, hasta octubre del dieciocho en que debuté en Guadalajara, obteniendo un buen éxito. Aquel día, como le brindase el primer toro a don Luis León, Ministro de Agricultura y Fomento, y el éxito me acompañó en mi faena, este señor me recomendó a la empresa de la plaza de El Toreo, a fin de que debutase en México. Me vine a esta ciudad, empezó a pasar el tiempo, sin que me diesen la ofrecida y soñada novillada pues tenían muchos contratos anteriores al mío, empecé yo a quedarme sin dinero, supe lo que era el hambre y lo que significa pasarse una noche andando por las calles, por no tener donde dormir y como me ofreciesen actuar como banderillero, acepté y debuté en la Villa de Guadalupe. Aquel día, puede usted creerme, sin tomar por jactancia mis palabras, pues viven aún muchas personas que podrían decir si miento O no, obtuve un gran éxito en la que debía ser ya mi nueva profesión. A continuación ya empezó todo a ser más fácil para mí. Yo hubiese preferido los éxitos brillantes de los matadores de toros, pero el caso era torear, de lo que fuese, y mi ilusión era vestirme de torero. Y empecé a actuar en la plaza de Chapultepec, contratado para toda la temporada.
En aquella época, el fenómeno de los banderilleros era Pascual Ferro. Y esta es mi mayor satisfacción!!, en varias ocasiones hubimos de compartir juntos las palmas de los aficionados, que ya empezaban a fijarse en mí y me querían y alentaban.
-Y con toreros fijos, ¿cuándo empezó?.
-El año 1.927. que ingresé, en la cuadrilla de Armillita con quien he estado hasta 1933. Con Fermín, he ido a España los años 28, 29 y 31 toreando ese último año también con Carnicerito y con Luciano Contreras. Después toreé con varios matadores, entre ellos Solórzano, Silverio, Ortega y Curro Caro. También he toreado con Carmelo Pérez, desde su primera corrida, hasta el día de la trágica cornada, y el año cuarenta y cinco pasé a la cuadrilla de Fermín Rivera, con quien he ido a España, a Francia y Portugal.
-¿Cuáles son los más agradables recuerdos que tiene usted de su vida taurina?...
Un día, toreando con el banderillero español "Moyita", fue herido éste al poner su primer par, entonces me fui yo al toro, con un par en cada mano, los clavé muy bien, me ovacionaron mucho, y en "El Universal Taurino", dijo "Puntillero" que yo había puesto "un par doble, para ejemplo de futuras generaciones". También "Don Difi” ha hablado alguna vez de ese par, que es, desde luego, una de las cosas que más satisfacción me han producido.
-¿Y el más desagradable?.
-Que siempre me he gastado todo el dinero que he ganado y es ahora, cuando ya estoy algo viejo, cuando he visto lo necesario que es ahorrar. Por eso soy apoderado y banderillero al mismo tiempo. Para ver si consigo reunir algunos centavitos que me permitan mirar sin temor a la vejez.
-¿Y lo ha conseguido?
-Ya conoce usted ese refrán del que tuvo y retuvo... y por mucho que quiero me es imposible terminar con esa costumbre. Los únicos que han obtenido éxitos económicos son, afortunadamente, los toreros a quienes apodero. Pero puedo asegurarle que todo el dinero que he ganado y el que gane, no dejará en mí más que el recuerdo nostálgico de lo que fue y no existe ya.
-¿Ha tenido muchas cornadas?...
-Una muy grave, en la axila izquierda, en la plaza de León de las Aldamas; otra en el brazo izquierdo, siempre en el mismo lado, en Cázares, y... unos cuantes puntazos, una herida con una banderilla, etc... En fin, que no me iré de los toros tal como empecé y que tengo mis recuerdos amargos y dolorosos, de la misma forma que guardo también memoria de agradables días...
-¿Si volviese a empezar, qué camino seguiría?
-El mismo. Procuraría ser matador de toros Y si la suerte me volviese nuevamente la espalda, entonces seguiría el camino que emprendí aquel famoso año 1918. Antes que nada, enten que dejar de vestirme de torero y no oír el aplauso de la gente, seria nuevamente banderillero, porque cuando entra en uno este veneno de los toros no hay nada capaz de hacerle desear otra profesión, por cómoda, buena y bien retribuida que nos la ofrezcan.
-¿Nada más Rolleri?...
-Nada más, sino decirle lo mucho que he admirado a muchos toreros españoles, entre los que figuran "Chicuelo", Juan Belmonte, Domingo Ortega y "Manolete", con quienes he tenido trato y me demostraron amistad y cariño.
Y como Rolleri necesita preparar su equipaje, pues al día siguiente torea en Querétaro, y debe descansar unas horas antes de ponerse en camino, nos despedimos de este buen banderillero mexicano, que si bien es cierto que no tiene un centavo, por eso de que, el que tuvo y retuvo guardó para la vejez, y es lo que le ha ocurrido a él con su afán de despilfarro, no es menos cierto que como ha sido un gran subalterno, sigue, en la actualidad ocupando el puesto que le corresponde y que ocupará mucho tiempo.
LUIS GUADALMEDINA.
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